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Déficit habitacional

La medida del déficit habitacional agrupa las carencias de vivienda en tres tipos: 1)
aquellas que tienen que ver con los materiales con que está construida, 2) las que se
refieren al espacio para que sus habitantes no padezcan hacinamiento y 3) las carencias
por falta de conexiones de servicios básicos indispensables. A partir del 2012, el déficit
habitacional era de 15 298 204 viviendas (Segob, 30 de abril de 2014).

Respecto a las carencias de materiales, estas pueden reflejarse en la calidad de los mu-
ros, los pisos y los techos de las viviendas. Entre el 2000 y el 2010, un porcentaje alto de
viviendas urbanas contaba con materiales de buena calidad. No obstante, el techo des-
de varios años atrás es un problema que requiere especial atención, ya que, en 2012,
VIVIENDA POPULAR Una propuesta para la vivienda Sinaloense similares (Segob, 30 de abril de 2014).
todavía 19.7 % de dichas viviendas carecían de techo de concreto, tabique, ladrillo o

Por otro lado, en el ámbito rural deben redoblarse esfuerzos para mejorar la calidad de
la vivienda. En 2010, 34.6 % de la vivienda rural carecía de muros de concreto, tabique,
ladrillo o similares; 14.5 % no tenían piso de cemento, madera, mosaico u otro recu-
brimiento, y en 59.7 % de dichas viviendas el material del techo no era de concreto,
tabique, ladrillo o similares.

Muchas veces se conjuga más de una carencia en una sola vivienda, lo que representa
la precariedad en que puede encontrarse el parque habitacional, especialmente en el
ámbito semiurbano y rural. En este contexto, además de vivienda nueva, la política na-
cional de vivienda debe diversificar los tipos de soluciones y promover alternativas más
adecuadas para mejoramientos y ampliaciones de acuerdo con las necesidades reales
de la población.