Page 44 - COMPILACIÓN DE INVESTIGACIONES DEL CUERPO ACADÉMICO CIENCIAS BÁSICAS DE LA SALUD
P. 44
COMPILACIÓN DE INVESTIGACIONES DEL CUERPO ACADÉMICO CIENCIAS BÁSICAS DE LA SALUD
32
Para los jóvenes, es importante que el uso del condón no interfiera con el placer y que su compra no sea
un problema, mientras que para las mujeres, lo importante es la seguridad que les proporciona su uso (La-
meiras, Rodríguez, Calado & González, 2004;72). Otras creencias que se han tomado en cuenta son las
relacionadas con el uso del condón bajo distintas circunstancias, como tener parejas de la misma edad,
que la pareja este utilizando píldoras anticonceptivas y, especialmente, creencias así el uso del condón es
más probable con las parejas ocasionales que con la regular (Fishbein & Jarvis, 2000).
Comportamientos Sexuales de Riesgo
Los jóvenes, como se ha dicho, suelen desarrollar comportamientos sexuales no protegidos, con la in-
fluencia de una amplia gama de percepciones tendientes a justificar por qué no se usa el preservativo,
además de la falta de información sobre alternativas de protección ante las infecciones de transmisión
sexual (Roche, Alfaro, Aguilera, Sánchez & Valera, 2006). Por su parte Arredondo (1999) considera que
“una persona informada científicamente, acerca de los comportamientos de riesgo y las probabilidades
de infección asociadas a cada comportamiento, reorientará el suyo para evitarlos completamente y optará
por uno de menor riesgo” (Rodríguez, Primo, Martínez & Sánchez, 2006). La existencia de mitos y tabúes
en el uso del condón sigue siendo entre las parejas sexuales un elemento de decisión, aunque en ocasio-
nes, como jóvenes, suelen adjudicarse responsabilidades sin ocuparse realmente de llenar los vacíos de
conocimiento, investigar o acercarse a las personas que manejan adecuadamente la información, quienes
podrían ofrecer orientación asertiva en este tema.
La sexualidad en mujeres y hombres es vivida corporalmente. Los cuerpos y sus prácticas tienen un signi-
ficado cultural, en el que condicionan el uso del condón. Los jóvenes universitarios, por ejemplo, enfatizan
que el condón disminuye el placer sexual y la confianza sexual hacia la pareja (Cervantes, 2005). Es preci-
so decir que la sexualidad no sólo se vive corporalmente, sino también mentalmente, con la intervención
de sentimientos, emociones, fantasías y pensamientos. En relación con la confianza que “se tiene” o “se
debe” tener en pareja, a menudo es confundida entre los jóvenes. Creen que al formar parte de una pareja
estable no es necesario usar el condón, porque se da automáticamente una exclusividad sexual. Por este
motivo cuando es solicitado el uso del condón, la petición suele ser tomada como una falta de respeto o
desconfianza, y un tema de discusión.
Para algunos jóvenes son importantes las creencias sobre el placer genital, como el hecho de que el uso
del preservativo interrumpe o interfiere en la satisfacción sexual; sin embargo, para las jóvenes es más im-
portante la seguridad que aporta su uso y se inclinan por la afectividad (Lameiras, et al., 2004). Entre otros
factores está la planeación durante la actividad sexual, pues el desarrollo de la capacidad de comunicación
mejoraría la de tener sexo seguro y satisfactorio (Sheeran, Abraham &Orbell, 1999). Este punto es digno de
considerar, porque la planeación de las relaciones sexuales, no en el sentido de determinar lugar o tiempo,
sino en la predisposición a tenerlas, permite la formación de una conciencia sobre lo que puede suceder.
Ofrece un abanico de opciones para decidir cómo se va a manejar la sexualidad. La planeación consiste,
por ejemplo, en la preparación emocional y responsable para adquirir preservativos.
Otro caso es el de los jóvenes que reconocen que el condón ofrece protección contra las infecciones de
transmisión sexual, pero prefieren no usarlo por las creencias equivocadas acerca de su efectividad, de
forma similar a la reflexión, en la que influyen los estereotipos, sobre quiénes son los que pueden contraer
la enfermedad (Pérez & Pick, 2006). La existencia de mitos y tabúes en torno a la sexualidad, sigue siendo
un factor definitivo para el acceso de los jóvenes a prácticas de riesgo.