Page 43 - Envejecimiento en ciudades turísticas del caribe y los retos al desarrollo
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               En relación con la migración rural-urbana, la mayor parte de las emigraciones que ocurrieron en la
               década de los años 70 procedían de la población dispersa y de los lugares poblados con menos
               de 200 habitantes y se movían hacia poblados rurales con más 200 habitantes (16 %) y hacia
               las localidades con registros mayores de 2000 y hasta 20 000 habitantes la restante proporción
               (Montes, 1989).

               Es muy interesante el hecho de que en la actualidad la capital, la ciudad de La Habana, no ejerza
               su gran poder de atracción para la migración rural como en épocas anteriores. Esto lo demues-
               tra el hecho de que en los últimos 10 años ha recibido como promedio solo a 10 000 personas
               anualmente y la tasa de crecimiento total ha sido alrededor del 1 %, y a partir de los años 90
               menor de este valor. Puede afirmarse, por extensión, que en los últimos años tienen un papel

               relevante los movimientos de la población cubana a escala local o a pequeñas distancias.

               Los diferentes estudios que se han realizado sobre las migraciones internas permiten aseverar
               que en Cuba predominan los migrantes del sexo femenino que se mueven preferiblemente para
               las ciudades mayores; otra característica interesante es que la edad de los migrantes como pro-
               medio es de 20 años y que los mismos han tenido un perfil ocupacional vinculado a la esfera de
               los servicios y al rubro administrativo.





               discusión




               Cuba ha sido una nación con un singular comportamiento demográfico fundamentalmente en

               la segunda mitad del siglo pasado. Marcado hoy por un profundo proceso de envejecimiento, el
               mayor de la región, que supondrá sin lugar a dudas el mayor reto que en materia de población
               deberá afrontar la nación. Aun con una reconciliación pendiente con su emigración y con nueva
               regulaciones migratorias, no se puede asegurar que la diáspora cubana contribuya a cambiar el
               curso demográfico del país, o aspirar a un aumento de los niveles de natalidad, puesto que esto
               sería retroceder probablemente en los niveles de protagonismo que hoy ocupa la mujer cubana
               en el país.

               Desde los primeros años de la década de los 60, Cuba ha sido víctima de una feroz persecución
               económica por parte de diferentes administraciones del Gobierno de los Estados Unidos de
               América, una cuestión de la que solo se ha podido salir dada la entereza de los cubanos. Planes
               económicos fallidos, miradas irreales al desarrollo y derroche de la ventajosa posición financiera
               y comercial en la era de intercambio con el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) son

               también parte de la hipoteca del desarrollo nacional. El bono demográfico en Cuba se perdió,
               no fue y no pudo ser aprovechado como parte de las mencionadas cuestiones políticas y eco-
               nómicas. La velocidad de las transformaciones demográficas también ha sometido a la Cuba de
               los últimos 50 años a los dos extremos de la relación de dependencia, mayor cantidad de niños
               y mayor cantidad de ancianos que personas económicamente activas. Para el primer escenario
               bajo estrés político y económico hubo de crearse importantes infraestructuras como parte del


                  ENVEJECIMIENTO EN CIUDADES TURÍSTICAS DEL CARIBE Y LOS RETOS AL DESARROLLO
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