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Acorde al análisis realizado, a pesar de que el nivel superior ha tenido aportaciones impor-
tantes, reflejadas en aumentos del gasto público y número de escuelas, a comparación de la
situación que se tenía en 1990, no se han traducido en una mayor cobertura de la demanda y
los que ingresan no desarrollan las competencias necesarias para incorporarse con eficiencia
en los mercados de trabajo.

Se observa que el área de las ciencias sociales y administrativas son las que captan un mayor
número de estudiantes y cuentan con mayor oportunidad de ingresar al mercado laboral, ya
que tienen cifras importantes de profesionistas ocupados, aunque no encabezan la lista de
carreras con mayor número de ocupados.
Se muestra también que el rango de edad predominante en los niveles de ocupación por ca-
rrera ha cambiado, lo que indica que en la actualidad el tener experiencia laboral para alguna
área del conocimiento específica es un requisito para tener un empleo formal o estable, en el
caso de los egresados o los que están en posgrado.

Se establece también que el nivel de ingresos ha disminuido en alguno carreras y aumentadas
en otras, aunque en general se aprecia una disminución salarial con respecto al 2013-2014.

Asimismo, se observa que, además de la experiencia y el tipo de profesión estudiada, el géne-
ro también importa al momento de ejercer una carrera, ya que laboralmente hay más población
ocupada de hombres que de mujeres, a excepción de algunas carreras como educación pre-
escolar, psicología o ciencias de la educación, que son ejercidas en su mayoría por mujeres.
Sin embargo, estas carreras son las de menor ingreso a comparación, por ejemplo, de las in-
genierías. Por tanto, hace falta mejorar la condición laboral por medio de alguna regulación que
permita haber equidad de género. Y que, al momento de contratar, importe, entre otras cosas,
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el nivel de preparación o profesión requerida para ocupar un puesto, y no si es hombre o mujer.
La población en edad de cursar el nivel superior manifiesta un ascenso para los próximos
años. Se prevé un considerable crecimiento en la demanda de educación superior (18 a 24
años), que no comenzará su descenso hasta después del 2017, de manera que entre 2000 y
2017 la demanda se incrementará 8.9 %. Así, correlativamente, la población urbana es la prin-
cipal demandante de educación superior, el aumento de esta se suma a los otros factores de
tensión al sistema educativo de este nivel para los próximos años. Los mercados laborales de
la educación superior se hayan segmentados y precarizados respondiendo más a las señales
del mercado, cuestión que desvirtúa el verdadero y trascendente papel de la educación en
VÍNCULO ENTRE LA TEORÍA
México: una educación integral de calidad.

Y LA PRÁCTICA

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