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En este sentido, el término adquiere además la figura de una institución que surge para 19
evitar los costos de usar el mercado por la vía de saltarse transacciones, es decir, integra
procesos que, si bien podrían ser realizados por el mercado mediante un cierto número de
transacciones, son canalizados al interior de una institución (Tarziján y Paredes, 2012, p.
37).
Aunado a todo lo anterior, el Informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) España 2017-
2018 (Peña, Guerrero, González y Montero, 2018) menciona que, acorde a la Real Aca-
demia Española, el concepto empresa se refiere a aquella acción o tarea que entraña
dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo. Prieto (2014, p. 3), por su parte,
lo define como una unidad básica de la economía actual, en la que el trabajo y el aparato
administrativo logran una producción que satisface las necesidades de una demanda de-
terminada por el contexto geográfico, social o cultural específico, y que puede entenderse
como una organización dedicada a realizar actividades industriales, comerciales o de pres-
tación de servicios, con o sin fines de lucro a fin de buscar ya sea un valor económico o
un valor social.
Asimismo, Prieto (2014) considera que es importante hacer hincapié en la permanente ta-
rea de satisfacer los gustos y preferencias del usuario de los bienes y servicios producidos,
atendiendo los constantes cambios tecnológicos para estar actualizados en el quehacer
de la actividad industrial y del mercado a los que se pertenece, a fin de mejorar la calidad
de los productos de otras organizaciones para sobrevivir y lograr un mejor posicionamiento
en el ámbito que corresponda. Por lo que resulta importante considerar tanto la natura-
leza de la organización productiva como su propósito, respondiendo a cuestionamientos
relacionados con su naturaleza, su razón de ser y su estrategia para lograr sus propósitos. Emprendimiento Conceptualización y contextualización en México
Partiendo de su razón de ser, es preciso establecer una filosofía que involucre tanto el pro-
pósito como la visualización del futuro en el que se desea estar, por supuesto siempre con
base ciertos los valores que servirán como guías de acción.
Bajo estas consideraciones, el propósito de las empresas es satisfacer las necesidades
que la sociedad demanda según los contextos políticos, económicos, sociales, culturales,
económicos, tecnológicos, ecológicos y legales en los que se desenvuelva, lo cual debe
efectuarse en el marco de una ética orientada a la sustentabilidad, y tener como finalidad
principal la creación de valor económico y social.
Respecto al concepto de emprendimiento, que aquí nos ocupa, a la acción de emprender
es posible anteponerle una intención que, al verse estimulada, se proyecte hacia un obje-
tivo a alcanzar, y para lo cual debe realizarse alguna clase de comportamiento. Se trata de
lo que Aragón y Baixauli (2015) proponen como iniciativa emprendedora, lo cual refiere a la
actividad empresarial o de negocio que en el ámbito de cualquier sector económico tiende
a desarrollarse, y que además puede incluir al autoempleo.
Toda vez que esta iniciativa conlleva una conducta, 33333por sus características de visua-
lización al futuro, se puede considerar una acción planificada, concepto enmarcado en la
teoría del comportamiento planificado que, hacia 1991, propuso Ajzen, y que es posible
pensar en referencia con el paradigma instrumental propuesto, hacia 1938, por B. F. Skin-
ner.