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• Hay un mayor nivel de ingresos en el sector informal, tanto para hombres como mujeres,
lo que se relaciona con la cantidad de mujeres que se dedica al sector de los hogares, que
es casi la mitad de la población ocupada femenina. Y el sector informal representa más de un
tercio de la población ocupada masculina. Y aunque el sector de empresas y negocios es el
predominante en la población ocupada masculina, no es el que tiene mayor nivel de ingresos.
Lo que se relaciona con el crecimiento que ha tenido el sector informal en los últimos seis
trimestres para ambos géneros. La condición de acceso a servicios de salud es similar para
ambos géneros, en el Estado de México. Es decir, un gran número tanto de hombres como
mujeres carecen de este servicio, lo que se relaciona con el número de población ocupada
que se dedica al sector informal. La brecha de diferencia de las que no gozan de este servicio
respecto de las que sí tienen acceso, es en promedio de medio millón, para el caso de las
mujeres; y de casi un millón para el caso de los hombres, lo que representa más de la cuarta
parta de la población ocuapda para ambos sexos. Y esta conducta no ha cambiado significa-
tivamente a lo largo del periodo de estudio.
CONCluSIONeS
Abordar los mercados de trabajo femeninos es todavía un tema de amplia discusión, implica
una problemática multifactorial en donde se ven involucradas diferentes enfoques teóricos que EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN EN INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN EN MÉXICO
son difíciles a veces de conciliar. Es todavía lejano suponer que el acceso al mercado laboral
es equitativo como establece la norma jurídica, donde se deben de pagar un salario igual sin
distinción de género en una jornada igual, en la práctica el cumplimiento de dicho lineamiento
deja muchos vacíos, puede ser que la practica o los instrumentos que las llevan a la práctica
no sean los adecuados todavía, pero hay indicios de que la problemática va más allá de su
instrumentación. Tiene que ver con el funcionamiento del sistema económico-social donde
las diferencias de género son utilizadas para la reproducción del capital. La tasa de desempleo
por sexo y por grupos de edad refleja aun la inequidad que existe en el mercado de trabajo,
el indicador es más alto para las mujeres que para los hombres, y mayor para los jóvenes que
para los grupos de edad superiores, casualmente estos segmentos productivos son claves
en la conformación de la fuerza de trabajo que impulsa el serví industrialismo como eje de
acumulación en el Estado de México. El trabajo femenino implica una mayor valorización para
el capital que el trabajo masculino, ambos son explotados y tienden a la precarización, uno es
más desvalorizado ( el femenino) que el otro; la disponibilidad de un mayor número de plazas
de trabajo que ofrece el incremento de la actividad económica favorece la disminución de la
desigualdad aparentemente, el problema es que la actividad económica está creciendo fun-
damentalmente en actividades formales precarizadas e informales vinculadas a los servicio y al
comercio. En términos generales se puede observar en el estado de México la disminución de
la participación de los ocupados en las actividades relacionadas con el sector primario como
la agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca, y también en las actividades vinculadas al
sector secundario, tanto en la industria extractiva y de la electricidad como en la industria de 103