Page 21 - METODOLOGÍA PARA CARACTERIZAR VIVIENDA DESHABITADA EN CONTEXTOS METROPOLITANOS EL CASO DE TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS
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METODOLOGÍA PARA CARACTERIZAR VIVIENDA DESHABITADA EN CONTEXTOS METROPOLITANOS
                                                                        EL CASO DE TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS






            Ahora bien, el fenómeno de la vivienda deshabitada ha sido ampliamente estudiado por distin-
            tos autores. Por ejemplo, Etxezarreta (2010), tomando como referencia el caso de la Comuni-
            dad Autónoma del País Vasco (CAPV), señala que los problemas de la vivienda vacía e infrauti-
            lizada o el (no) derecho a la vivienda siguen siendo temas de plena vigencia porque refl ejan una
            dimensión no resuelta en torno a la satisfacción de las necesidades básicas de las personas y
            los derechos sociales de la actualidad.

            Según Etxezarreta (2010), se considera como vivienda vacía a aquella unidad residencial des-
            ocupada en el preciso momento en que se ha llevado a cabo el censo. Esta defi nición incluye a
            las viviendas que están vacías en el transcurso del cambio de ocupantes, viviendas que están
            siendo reformadas o remodeladas, viviendas que están esperando su demolición, y las vivien-
            das recién terminadas que aún no hayan sido ocupadas.

            Esta autora, además, explica que en un reciente trabajo realizado por varios estudiosos euro-
            peos sobre el tema de la vivienda en España se evidenció una paradoja en los países medite-
            rráneos, es decir, altos ratios de vivienda vacía junto con precios altos del mercado inmobiliario.

            Por otra parte, el trabajo de Acosta (2012) expone el problema de la vivienda deshabitada en
            Ecuador, el cual puede ser analizado, tratado e intervenido desde tres enfoques: el primero es
            el utilitario, y considera como preocupación principal procurar la ocupación de las viviendas sin
            importar si cuenta con servicios e infraestructura, si tiene acceso o si está ubicada en zonas peri-
            féricas. La premisa es que la vivienda debe ser ocupada. En el segundo enfoque (especulativo) se
            concibe a la vivienda como un espacio urbano privado, de lento deterioro y rápida revalorización
            que es apreciado por su valor de cambio. En este se denuncia la falta de control de los gobiernos
            locales y nacionales, la ausencia o aplicación de normativa y el usufructo de propietarios priva-
            dos. El último enfoque (sector inmobiliario y social) cuestiona el derroche y la falta de conciencia
            de algunos propietarios. Plantea el reconocimiento de derechos y considera la función social de
            propiedad y la recuperación del sentido del hogar desde una propuesta integral.

            Velázquez, Martínez y Castillo (2010) también desarrollan una investigación con el objetivo de apli-
            car una metodología para estimar la cantidad de casas deshabitadas, el tipo de desocupación,
            los posibles motivos de abandono y el período de desocupación en un entorno de crisis econó-
            mica, de violencia y de inseguridad. En esta investigación los autores describen la metodología
            utilizada para la selección del diseño muestral y exponen resultados signifi cativos y conclusiones.

            En este sentido, la implementación del Gobierno federal (2012-2018) y de una nueva política
            nacional de vivienda y desarrollo urbano deben contribuir a erradicar la vivienda deshabitada
            y atender de forma integral las necesidades habitacionales que existen en el país. De esta
            manera se puede mejorar la coordinación interinstitucional y transitar hacia un nuevo modelo
            de desarrollo urbano sustentable, así como reducir el rezago de la vivienda para impulsar el
            fi nanciamiento, los créditos y los subsidios.

            Con nuevas políticas públicas, además, se puede impulsar un modelo de desarrollo urba-
            no sustentable, mediante ciudades compactas para intentar promover reformas en la legisla-
            ción, reducir el rezago habitacional, fomentar la movilidad, la vivienda sustentable, las políticas
            de reubicación, mejorar la coordinación interinstitucional, consolidar y unifi car la política de
            ordenamiento territorial, el desarrollo urbano y la vivienda, así como fortalecer instancias e







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