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METODOLOGÍA PARA CARACTERIZAR VIVIENDA DESHABITADA EN CONTEXTOS METROPOLITANOS
EL CASO DE TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS
instrumentos de cooperación en los tres órdenes de gobierno (Fundación CIDOC y SHF, 2013).
No obstante, sobre la vivienda deshabitada en el país no se señalan políticas públicas de apro-
vechamiento en específi co.
Por tanto, se debe buscar una aproximación para entender la vivienda deshabitada como un
medio para alcanzar la sustentabilidad. En este sentido, esta investigación constituye una de
las bases para entender el proceso de producción, distribución y consumo de vivienda de in-
terés social, e incluir en un proceso de discusión lo normativo-legal para buscar mecanismos
que coadyuven el control en el proceso de asignación de la vivienda. Asimismo, este trabajo
propicia una profunda refl exión sobre el agotamiento del modelo de producción de vivienda
en México, el cual transita una seria crisis social, económica y ecológica, con un proceso de
densifi cación muy baja que encarece a la Nación, el suministro de equipamientos, infraestruc-
turas y servicios diversos.
El Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores [Infonavit] (2013) presenta
un documento en el que se exponen las principales causas de la vivienda abandonada con el
fi n de buscar generar recomendaciones para prevenir y enfrentar el problema. Entre los hallaz-
gos de esa investigación se destaca, por ejemplo, que la mitad de los encuestados compraron
la vivienda principalmente como patrimonio o porque pensaban rentarla. Asimismo, una tercera
parte son dueños de otra vivienda y una parte de los desarrolladores no ofrecen información
completa y adecuada a los acreditados en el momento de la compra. Además, una quinta
parte de los acreditados se sienten engañados por el desarrollador o vendedor de la vivienda.
Igualmente, la falta de necesidad de vivienda incide en los niveles de deshabitación y la inade-
cuada ubicación de las viviendas ocupa el primer lugar en cuanto a la razón por la cual no la
habitan. De hecho, la inadecuada ubicación y la incipiente seguridad de la zona impiden ren-
tarla o venderla, de ahí que 40 % de los acreditados señalen que las viviendas están sin man-
tenimiento, vandalizadas, destruidas o mal construidas. Incluso 42 % de los acreditados con
cuatro moratorias o más no habitan la vivienda. Así, el estar desempleado propicia los omisos,
lo cual ocasiona que dejen de habitar la vivienda. Este trabajo intenta buscar soluciones para
tener los pagos en regla y estandarizar con mejores resultados la cobranza para recuperar las
viviendas abandonadas.
La hipótesis planteada sugiere que el fenómeno de la vivienda deshabitada se explica en tan-
to exista discrecionalidad, corrupción, asignación inadecuada, privilegio de valor de cambio
por encima de valor de uso y producción desde un enfoque lucrativo y fi nanciero que hará
que esta solo sea accesible para los sectores pudientes de la sociedad, lo cual disminuirá la
calidad de vida de las personas y el sentimiento personal y colectivo de seguridad. El Estado,
por tanto, debe regular el proceso de producción y distribución de la vivienda, y asumir su
compromiso para condicionar la ayuda según sea el fi n de la vivienda (valor de uso o cambio).
De esta manera se podrá concebir esta como un derecho humano legalmente regulado, y no
como una mercancía.
En resumen, el Estado debe y tiene el derecho, en defensa de la sociedad, de establecer las
condiciones bajo las cuales las viviendas deben ser intercambiadas cuando hayan recibido
algún tipo de subsidio para su adquisición. De lo contrario se seguirá teniendo vivienda desha-
bitada en el mercado formal y subsidiado.
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