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SISTEMAS DINÁMICOS URBANOS, INNOVACCIÓN Y TENDENCIAS EN LA GESTIÓN PÚBLICA
UNA ExPERIENCIA DE LA INVESTIGACIÓN EN ChIAPAS, MéxICO
El conjunto de propiedades y características de la edificación que le confieren
aptitud para satisfacer tanto los requerimientos expresamente estipulados en
reglamentos, planos y especificaciones técnicas, como también los requerimien-
tos implícitos, propios de las reglas del arte y de la buena practica profesional que
aseguran, en definitiva, una adecuada respuesta a las necesidades habitaciona-
les de los usuarios. (p.17)
Por tanto, Gazmuri (2013), define a la habitabilidad en la vivienda como: “La capacidad de los
espacios habitacionales para satisfacer las necesidades objetivas y subjetivas de las familias,
y los miembros que conviven en forma habitual con ellos, en un contexto y espacio temporal
definido” (p.42).
La “calidad de vida”, según Salas (1994) implica la disponibilidad de servicios de salud, educa-
ción y vivienda adecuada; además, asegurar alimentación sana, condiciones saludables ópti-
mas y reproducción biológica equitativa. Implica también, disponibilidad de áreas para aislar-
se, espacio y seguridad apropiada, iluminación y ventilación suficientes e infraestructura básica
y relación óptima con el trabajo (Massuh, 2005).
Schjetnan (1997) conceptúa a la viviendas como: “Las construcciones que funcionan como
habitación de la población. Se refiere a un lugar donde se puede vivir, un espacio con condicio-
nes físicas y no físicas que permiten la permanencia y desarrollo humano”. Además, un asenta-
miento rural se caracteriza por el tipo de economía predominante, debido a que la mayor parte
de los habitantes se dedican fundamentalmente a las actividades agropecuarias o primarias y
son de familias nucleares extensas.
Torres, Vega e Higuera (2011) refieren la subestimación de las necesidades y problemáticas del
medio rural, denegación de las condiciones de vida precaria de los habitantes y preeminencia
de la problemática del medio urbano. Citando a Boils (2003) menciona que: “El estudio de los
espacios habitados se orienta casi siempre al examen de las edificaciones y sitios propios de
los sectores sociales intermedios o de las clases dominantes. Igualmente se advierte una in-
clinación de este hacia las ciudades y, por consiguiente, a descuidar el análisis de la vivienda
popular campesina”.
Implica un reto para los investigadores, dar a conocer la vivienda rural construida conforme a
un contexto sociocultural, territorial, productivo específico y como parte del patrimonio fami-
liar; en lo que se conoce como arquitectura tradicional, y según Luque y Pulido (2014) “Esta
arquitectura tradicional continúa siendo dentro de lo que por unos se denomina “patrimonio
menor”, o por otros “patrimonio cultural prescindible”, o por tercero “arquitectura efímera, (…).
Su pérdida no supondría un menoscabo importante” (p.69) . La vivienda rural tiene también un
profundo sentido geográfico según Demangeon (1963): “La casa es el elemento más vivo de
los que componen el paisaje rural”. Debe estudiarse como parte de un sistema socio-espacial,
integrado por la casa, el asentamiento geográfico (urbano) y los estilos de vida de sus habitan-
tes.
Bazant (1985) expone que la mayoría de las familias autoconstruyen su vivienda sustituyendo la
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