Page 133 - Investigando nuestra propia práctica; una estrategia de formación y conocimiento
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124     Narcocultura en el contexto norteño: signando valores y hábitos, una nueva cultu-

                                            ra que reproduce ideología masiva





                  Los trasgresores de la ley y normas sociales, denominados de tal forma para su análisis,
                  generan nuevas estructuras sociales y culturales que desafortunadamente vienen incidiendo
                  en problemas de descomposición social, con factores estrechamente ligados a la corrup-
                  ción, “ésta  influencia social que han logrado mediante diferentes estrategias de autoridad,
                  fincan su  rol de poder e ideología  nutrido de un vacío informativo e incertidumbre,  baja
                  confianza en las autoridades, el imperante clima de corrupción en todos los niveles de po-
                  deres de la nación y, esto aunado al miedo en la comunidad estratégicamente donde se ha
                  logrado inocular una apreciación de que el  poder y capacidad económica, política y social;
                  es controlada por la delincuencia”. (Miranda, S. y cols. 2010; p.16).

                  Existe un dilema social en que el gobierno y las familias inciden inhibiendo las opciones
                  mentales de los jóvenes constriñendo, prohibiendo, en su intento de regularizar el proceso
                  de tematización y reproducción; mientras, por otro lado, a los “poderosos” a percepción de
                  la comunidad en este caso los narcotraficantes comunicando, actuando e influyendo en la
                  población más vulnerable de la sociedad de acuerdo a sus creencias, intuiciones, asocia-
                  ciones y opiniones; en sí sembrando su ideología  (Chávez, Rios Velasco, González, 2015).


                  Para Díaz-Aguado, Martínez Arias y Martín-Seoane (2004) la sociedad e instituciones den-
                  tro de la ansiedad manifiesta de la crisis de violencia tienden a percibir a los jóvenes como
                  población peligrosa por sus características de desafío a las normas y conductas de riesgo
                  constantes.

                  “En un marco de desconfianza de las instituciones públicas e irónicamente, dentro del apar-
                  ente desorden social, las juventudes adoptan un papel sumiso otorgándoles a estos agentes
                  delictivos cierta capacidad de restauración del problema multidimensional que afrontan en
                  escenarios nada alentadores” (CEPAL/OIJ, 2008; p.174).





                  Para Durkheim (1987):





          Investigando nuestra propia práctica; una estrategia de formación y conocimiento
                             La relación entre individuo y sociedad está en función del volumen
                             de conciencia colectiva y conciencia individual, y cuando la concien-
                             cia colectiva tiene más vitalidad que la individual ejerce un poder de
                             acción mayor; y en caso contrario, esta tenderá a tener su propia
                             inclinación y la solidaridad será menor (Durkheim, 1987; p.181).
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