Page 35 - Emprendimiento Conceptualización y contextualización en México
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de escasa capacidad para crecer y cualificar su productividad, y para generar y promover 27
empleos permanentes y bien remunerados, obstaculizan tanto la calidad de vida de quie-
nes en ellos participan así como su cabal participación en la economía que corresponde.
Lo anterior en un entorno cada vez más exigente en cuanto a la formación e implementa-
ción de empresas sólidas y con perspectiva de trascendencia y sostenibilidad para coad-
yuvar al desarrollo económico y social.
Teniendo en cuenta lo anterior, Giner et al. (2013) exponen diferentes razones de orden
objetivo para emprender, que pueden situarse en el contexto económico y social. Entre
ellas las siguientes:
• Razones económicas, considerando las condiciones de situa-
ción por las que muchos países atraviesan hoy día respecto a los
niveles de desempleo, endeudamiento, crecimiento del PIB y el
déficit público.
• Razones estructurales, relacionadas con la débil estructura or-
ganizacional del tejido empresarial y en la capacidad directiva del
mismo.
• Razones de cambio de tendencia, en cuanto a la evolución de
la manera de realizar en trabajo tanto en cuanto a las estrategias
para eficientar la labor desarrollada en pro de la producción de
bienes y servicios, como en el desarrollo de la tecnología para con-
tribuir a dicho desarrollo. Emprendimiento Conceptualización y contextualización en México
Si bien existen diversos factores que involucran al mercado, a la misma sociedad —inclu-
yendo a la iniciativa privada—, y al propio Gobierno que inciden en estas condiciones, no
se debe soslayar el hecho de que la competencia humana es un factor de relevancia a
favor de empresas sustentables. Esto en el sentido de que, por lo general, muchos de los
negocios son creados y administrados, como ya se comentó anteriormente, por personas
que no cuentan con plena competencia dada la falta de formación sobre la actividad em-
presarial, lo cual los limita para aplicar sus conocimientos a situaciones reales de trabajo, y
en cuanto a su actitud para para afrontar diversas condiciones y tomar decisiones encami-
nadas a lograr de manera eficiente los propósitos establecidos.
Sabido es que la gente y sus recursos integran una parte relevante —quizá la más impor-
tante— del capital intelectual de las organizaciones. Esto lleva a pensar que para lograrlo
las personas deben poseer la formación necesaria para aplicar sus saberes a favor del
desarrollo de las entidades productivas, cualquiera que sea su naturaleza, lo cual requiere,
por un lado, de una capacitación para el trabajo a fin de que puedan hacer cabal uso de
sus capacidades en beneficio de la tarea organizacional, así como de su satisfacción en el
puesto que les corresponda; y por el otro, una formación enfocada al desarrollo de com-
petencias creativas y de innovación aplicables al desarrollo de ideas que cristalicen en la
creación, operación y crecimiento de entidades potencialmente productivas.