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• Hacer más colaciones durante el día.
• Aumentar el número de veces que realizan el autocontrol de la glucosa en su sangre
cada día.
• Hacerse el autocontrol antes de conducir o usar equipos potencialmente peligrosos.
• Conversar esta situación con el equipo de salud. Si la persona no actúa para prevenir
las hipoglucemias, la disminución excesiva de glucosa puede conducir a deterioro de la
función cerebral, causando delirio y pérdida de conciencia (shock hipoglicémico).
Cetoacidosis
La cetoacidosis es una de las complicaciones agudas en personas diabéticas mal tratadas o inadecuadamente
instruidas. Se debe a un alza excesiva del azúcar en la sangre, generalmente sobre 250 mg/dl (miligramos por
decilitro). Se puede producir por:
• No inyectarse la dosis de insulina indicada
• No tomar el medicamento indicado
• Presentar una infección u otra enfermedad
Consumir una cantidad excesiva de alimentos, la falta de insulina o su inadecuada utilización, no permite que
las células del organismo usen la glucosa presente en la sangre, que es su principal fuente de energía. Por esa
razón, el organismo comienza a quemar las grasas para producir energía. En este proceso, se producen sustan-
cias tóxicas ácidas llamadas cuerpos cetónicos.
La hiperglicemia más la acumulación de cuerpos cetónicos pueden causar una cetoacidosis. La formación
excesiva de acetona en la sangre se llama cetosis. Cuando el nivel de estas sustancias tóxicas alcanza un
cierto límite, empiezan a eliminarse por la orina, estimulando al riñón a aumentar la producción de orina, lo que
causa deshidratación, dificultad para respirar y otros síntomas, que pueden llegar hasta el coma.
La presencia de cuerpos cetónicos en la orina se llama cetonuria. En las personas tratadas sólo con dieta o
con dieta más hipoglucemiantes, el azúcar en la sangre se eleva sin tendencia a producir acetona, pero cuando
hay una enfermedad grave, como una infección severa, una pancreatitis, o un infarto, el estrés de la enfermedad
hace que se secreten hormonas que elevan la glicemia y la necesidad de insulina generalmente aumenta, incluso
si se consume menos alimentos.
Cuando el control de la glicemia indica que ésta ha superado los 250 mg/dl, es posible que se necesite una
dosis extra de insulina. Esta insulina permite que las personas consuman hidratos de carbono (por ej. 30 g cada
3 o 4 horas) como fuente de energía, para evitar que el organismo empiece a quemar grasas para obtenerla.
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