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Retinopatía o daño a la retina
La retinopatía es la lesión más común en las personas con diabetes. Afecta a la retina, parte del ojo encargada
de recibir y transmitir los estímulos luminosos que permiten la visión. El daño a la retina raramente afecta la visión
cuando no es muy severa.
La pérdida total de la visión es uno de los problemas más temidos por los pacientes diabéticos. La probabilidad
de que esto ocurra es baja, afectando aproximadamente al 5% de las personas con diabetes.
El examen de fondo de ojo, permite detectar oportunamente las alteraciones de la retina. Para realizar este exa-
men, el médico coloca una gota de una solución para dilatar la pupila y así poder observar con más claridad la
retina y los pequeños vasos sanguíneos que la rodean. Los cambios que se producen en la retina comienzan en
forma lenta e imperceptible, de allí la necesidad de realizar este examen periódicamente.
Si las personas ya tienen retinopatía, el buen control metabólico retardará la evolución de la misma.
Las personas que han tenido diabetes tipo 1 durante más de cinco años deben realizarse examen de la vista por
lo menos una vez al año, cuando el resultado es normal y cada 6 meses si aparece alguna pequeña alteración.
Las personas con diabetes tipo 2 deben hacerse un examen de la vista tan pronto sepan que tienen diabetes.
Después, deben solicitar el examen de fondo de ojo a su médico por lo menos una vez al año.
Nefropatía o daño a los riñones
Los riñones tienen la importante función de filtrar la sangre y eliminar los productos de desecho del cuerpo a
través de la orina. Los filtros de los riñones, llamadas nefronas, tienen pequeños vasos sanguíneos que pueden
ser dañados por la hiperglicemia, la hipertensión y las infecciones urinarias.
Al comienzo los riñones pueden funcionar a pesar del daño. Cuando éste aumenta, los riñones pierden su ca-
pacidad de filtrar la sangre como deben. Los riñones enfermos permiten que algunas sustancias que deberían
permanecer en el organismo (por ejemplo, las proteínas), sean eliminadas con la orina. Al mismo tiempo, retienen
desechos dañinos que deberían salir del cuerpo a través de la orina.
El daño al riñón puede reducirse en gran medida controlando la hiperglicemia y la hipertensión. Para detectar
el daño en una etapa inicial, es preciso realizar un examen de orina llamado microalbuminuria, que detecta
pequeñas cantidades de la proteína albúmina en la orina. Recordemos que la orina nunca debe contener ni un
tipo de proteína. Cuando se encuentra en su fase inicial, este proceso no presenta síntomas, de manera que la
persona ignorará su aparición. Hasta ese momento, la situación se puede revertir con un buen control metabólico
y manteniendo la presión arterial dentro de valores normales, además de otros cuidados indicados por el médico.
Una persona con diabetes y sin daño previo al riñón debe controlarse con un examen de microalbuminuria por
lo menos una vez al año, para determinar la aparición de compromiso renal incipiente y permitir su tratamiento
oportuno.
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