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Según la Cepal (2002), la vulnerabilidad sociodemográfica es una situación dinámica en la que
confluyen los aspectos puestos a continuación:
a) Riesgos sociodemográficos, que son eventos, procesos o rasgos que dificultan la
realización de proyectos comunitarios, domésticos e individuales o coartan derechos.
b) Deficiencias en la capacidad para enfrentar dichos riesgos.
c) Falta de habilidad para adaptarse activamente a ellos.
En esta definición de la Cepal (2002) se le otorga una mayor importancia al primero de los aspec-
tos señalados, pues es fundamentalmente descrito con variables de población, mientras que el
resto está más vinculado a factores sociales. Esto limita en cierto modo la esencia de la vincula-
ción entre vulnerabilidad social y demográfica. Y lo mismo sucede cuando se vincula únicamente
esta última a fenómenos demográficos de larga duración, en el marco de la primera y segunda
transición demográfica, restando importancia a cuestiones de corto plazo. La mortalidad, na-
talidad o migraciones no siempre obedecen a una tendencia de largo plazo, sin duda pueden
experimentar un comportamiento vertiginoso impactando sobre la vulnerabilidad de un individuo,
hogar o comunidad, producto de un buen número de fenómenos, tal y como guerras, sequías,
accidentes tecnológicos, etc.
Conductas sociodemográficas (como una fecundidad alta y temprana o una migración forza-
da), rasgos sociodemográficos (índices de dependencia altos a escala de hogar, por ejemplo) y
procesos sociodemográficos (como un patrón de localización en zonas expuestas a desastres
naturales) pueden generar adversidades para el desenvolvimiento de personas, hogares y comu-
nidades, por lo que cabe también considerarlos como riesgos sociodemográficos (Busso, 2002).
En este sentido, Rodríguez (2001) muestra la combinación de una serie de conductas y rasgos
sociodemográficos que se presentan como fenómenos asociados a estos dos términos y que
se entretejen para convertirse en recursos empleados por las comunidades, hogares y personas
para atenuar situaciones de vulnerabilidad.
La moderación del crecimiento demográfico facilita el ofrecimiento de servicios y
reduce la presión por el aumento de las prestaciones a escala de comunidades, la re-
localización de población es clave en estrategias destinadas a reducir la segregación
y los problemas urbanos en comunidades metropolitanas; la reducción de la depen-
dencia demográfica y la migración al exterior facilitan, tanto a comunidades como a
hogares, un incremento de la producción o de los ingresos disponibles para sus inte-
grantes, el manejo de la tríada reproductiva (es decir, su atraso) permite la extensión
del período de acumulación, formación y moratoria juveniles; la compatibilización
entre deseos y experiencia reproductiva, permite la planificación y el desarrollo de las
estrategias individuales (Rodríguez, 2001).
ENVEJECIMIENTO EN CIUDADES TURÍSTICAS DEL CARIBE Y LOS RETOS AL DESARROLLO