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Estas nociones sobre vulnerabilidad social no se alejan del criterio que identifica a la vulnerabili-
dad con los riesgos e incapacidades de respuesta. Los activos, estrategias de uso y reproduc-
ción de activos y oportunidades que ofrecen el mercado, el Estado y la sociedad civil no son sino
elementos que determinan la incapacidad o capacidad de respuesta de individuos, hogares y
comunidades.

El conjunto de oportunidades es entendido principalmente como la posibilidad de acceso a los
mercados de bienes y servicios para realizar intercambios y transacciones, por tanto, a medios
de subsistencia, empleo, protección social y derechos de ciudadanía (Busso, 2002).

Según Busso (2002), junto con las estrategias, los activos condicionan la capacidad de respues-
ta a los riesgos naturales y sociales y comprenden varios aspectos. Los activos pueden ser de
naturaleza disímil, e incluyen elementos como bienes materiales, que en cierta medida represen-
tan el capital invertido y las diferentes formas de capital financiero con que cuentan individuos,
hogares y comunidades. Como activos también se incluyen el capital humano y el capital social:
el primero obedece a cantidad y calidad de la fuerza de trabajo (marcada por la preparación inte-
lectual, la edad, el género y la salud), el segundo resulta de las relaciones de ayuda, solidaridad
y confianza que se establece entre personas, hogares y comunidades. Finalmente, dentro de los
activos, aparece el medio ambiente, dado que sus condiciones están estrechamente relaciona-
das con el bienestar y calidad de vida.

Los estudios de vulnerabilidad permiten profundizar en el resultado de los niveles de vulnerabi-
lidad (ejemplo: alto, medio, bajo), analizando de forma relacionada los elementos que contribu-
yen a ello. Esto determina presentar una serie de dimensiones de la vulnerabilidad, las que no
necesariamente deben comportarse de forma homogénea ante un riesgo determinado, como
tampoco tendrían por qué ser semejantes para cada área de estudio. En la medida en que se
pueda establecer la dimensión que menos contribuye a desdibujar la incapacidad de respuesta
de personas, hogares y comunidades se podrán dirigir con mayor eficacia las políticas que re-
viertan esa situación.

De acuerdo con Busso (2002), algunas de las dimensiones de la vulnerabilidad social y sus res-
pectivas variables son las siguientes:

- Hábitat. Condiciones habitacionales y ambientales. Variables indicativas: tipo de vivienda,
forma de tenencia, hacinamiento, saneamiento e infraestructura urbana, equipamiento de
la vivienda, posibilidad de acceso y riesgos de origen ambiental.

- Capital humano. Variables indicativas: 1) educación: años de escolaridad, alfabetismo,
asistencia escolar y título obtenido; 2) salud: discapacidad, desnutrición, salud reproduc-
tiva, morbilidad, y 3) experiencia laboral: trabajos previos.

- Económica (inserción laboral e ingresos). Variables indicativas: condición de actividad,
tipo de inserción laboral, desempleo, subempleo visible e invisible, informalidad, ingresos,
fuentes y montos, pobreza por ingresos.

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