Page 99 - Prevención de la violencia en el nivel preescolar
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CONCLUSIONES
La violencia escolar es un problema que se encuentra presente en los centros escolares
de México. De hecho, en el caso concreto del estado de Guerrero, este fenómeno ha ido
creciendo de manera acelerada en todos los niveles educativos, incluso en los jardines
de niños. La violencia escolar, por supuesto, no es un tema nuevo, pues siempre ha esta-
do inscrito en la historia de la educación, lo cual se evidencia en los registros de épocas
pasadas, cuando la disciplina impuesta por los maestros, incluso con violencia, era bien
vista y respaldada por los padres de familia y la sociedad en general.
Sin embargo, de acuerdo con diversas investigaciones, se ha constatado que esta forma
de educar no es la más adecuada, ya que solo contribuye a generar más rebeldía en los
niños, lo cual se aprecia en conductas de agresivas hacia sus semejantes y, en ocasiones,
hacia sus propios maestros.
En la institución preescolar donde se propuso el programa descrito en las anteriores pá-
ginas, se encontraron treinta y tres casos de niños implicados en algún tipo de violencia,
los cuales tenían sus orígenes en algunos de los siguientes factores: ser hijos de padres
divorciados, hijos únicos o consentidos; niños cuidados por sus abuelos porque sus pa-
dres debían cumplir con otras actividades (trabajar, estudiar, etc.); infantes que están al
cuidado de una nana y solo ven a los padres en las noches, etc.
Asimismo, se puede indicar que la condición económica, social y cultural de las familias
puede ser una fuerte influencia en los comportamientos agresivos de los niños, aunque
no es un factor determinante. Es decir, existen alumnos que, proviniendo de familias con
bajos recursos y de padres con escaso nivel educativo, no suelen actuar con violencia.
En cambio, algunos hijos de padres profesionistas sí manifiestan este tipo de comporta-
miento, ante lo cual los padres se pueden mostrar indiferentes. Esto demuestra que el
estatus socioeconómico de las familias no es una variable sine qua non para predecir la
agresividad en un niño.
Por ejemplo, en este estudio se observó un caso en que una madre que se dedicaba a la-
var ropa ajena nunca usaba su trabajo como excusa para evitar las reuniones convocadas.
Para ella era más importante conseguir que su hijo cambiara. Por otra parte, una madre
profesionista siempre encontraba alguna razón para no asistir cuando se le requería. En
consecuencia, hubo más cambios positivos en el primer caso que en el segundo.
Asimismo, se debe recordar que la violencia escolar entre alumnos no debe ser obviada
o considerada como una reacción “típica” de esas edades. Todo lo contrario, a este tipo
de problemas se les debe dar a atención necesaria porque los actos agresivos siempre
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