Page 162 - El État de los derechos humanos en las relaciones familiares
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ÉTAT DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LAS RELACIONES FAMILIARES
reconocía esto, la doble funcionalidad que cumplen los partidos políticos no se puede limitar
a presentar los candidatos, porque se terminaría por deducir que el pueblo es soberano
solamente cuando vota en las elecciones, y a partir de allí estableciéndose una relación entre
los partidos y los propios órganos del Estado, generando la existencia de una especie de
aislamiento del electorado; por lo tanto, el pueblo no puede limitarse únicamente a elegir a
los representantes, sino que también los partidos se encargan de canalizar las opiniones de los
ciudadanos en la representación, como una especie de cooperación armónica y constante
entre el pueblo y los representantes.
El representante entonces debe preocuparse por los intereses que él representa y a su
vez, preocuparse por el aspecto público de representar a la población en general, dicho en
otras palabras: “el representante político no puede dejar de dar predominio al aspecto
público de su función, sin descuidar, pero sin tampoco sobreestimar los intereses privados”
(Zampetti, 1969, p. 190). Ciertamente la preocupación del representante debe ir encaminada
a ser un garante de la representatividad de la población en general, como un agente que
permite la participación activa de la población que se manifiesta, expresa los problemas que
los aquejan y los intereses que quieren que sean tomados en consideración en los debates
parlamentarios; y de la misma manera, intentar defender los intereses de quienes él
representa, es decir, a manera de ejemplo, absurdo para facilidad de comprensión, si el
representante sale de un partido laboral, debe oponerse a una ley que prohíba la formación de
organizaciones sindicales.
De esta manera, una consolidación democrática requiere partir de unas estructuras e
instituciones políticas estables, las cuales no varíen en función de la persona. Esto quiere
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