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ÉTAT DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LAS RELACIONES FAMILIARES
confrontaciones por las comunas y líderes barriales que aportaban votos a las campañas
políticas locales existen por doquier. Así pues, la ciudad de Medellín –la segunda ciudad en
importancia de Colombia- llegó a tener en el año 2001 una tasa de 220 asesinatos por cada
100 mil habitantes. Esta tasa –la más alta de américa latina- solamente es explicable dentro
del contexto de la guerra urbana que se libró en su momento entre grupos paramilitares y
grupos guerrilleros. “Se estableció así un control sobre la seguridad de la ciudad y una
influencia decisiva en los nichos electorales de las comunas y en municipios de la zona
metropolitana, como Envigado y Bello” (Valencia, 2007, p. 20).
Ahora bien, las consecuencias generadas con ocasión de la intervención de los grupos
armados ilegales en las campañas política de Colombia no se limitaban exclusivamente a
apoyar y financiar candidaturas de políticos que contaban con la bendición de los primeros,
sino que también hubo acciones directas y concretas para intimidar y asesinar a los
mandatarios locales que o bien dificultaban las actividades de estos grupos armados, o bien
simplemente no se encontraba en sus afectos.
Justamente, el máximo nivel de dirigentes políticos asesinados por grupos
paramilitares u organizaciones guerrilleras se alcanzó en el año 2002, cuando más de mil
líderes políticos fueron víctimas de las disputas territoriales y políticas entre guerrillas y
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autodefensas .
137 Pérez, Bernardo. El paramilitarismo en Cundinamarca y Bogotá 1997-2006. En: Parapolítica. (Cerec, Bogotá,
2007) p. 72
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