Page 480 - El État de los derechos humanos en el desarrollo sostenible
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EL ETAT DE LOS DERECHOS HUMANOS EN EL DESARROLLO SOSTENIBLE












                     contribución a la  prevención de posibles trastornos del aprendizaje.” Como se ha
                     mencionado anteriormente, la estimulación sensorial es fundamental para el buen

                     desarrollo del niño. Parte importante de esta estimulación, el niño la recibe en los

                     primeros  meses  de  vida  a  través  del  vínculo  que  establece  con  la  madre  (Morán,

                     García-Castellón  y  Fodor,  2015).  Y  una  de  las  formas  en  que  este  vínculo  se
                     construye es a través de la voz y del canto de la madre hacia su hijo. De hecho, los

                     sonidos  que  el  bebé  ha  escuchado  durante  el  embarazo  son  la  causa  de  que  su

                     sistema auditivo sea el  más desarrollado al nacer, entre los cuales cabe destacar la voz
                     y el latido del corazón de la madre (Blackemore y Frith, 2007; Carter, 2014; Webb,

                     Heller, Benson y Lahav 2015, Abrams et al., 2016).



                            Estudios  han  demostrado  la  importancia  de  la  voz  de  la  madre  en  el
                     desarrollo  de  la  atención  del  bebé  (Purhonen,  Kilpeläinen-Lees,  Valkonen-

                     Korhonen,  Karhu,  y  Lehtonen,  2004;  Nakata  y  Trehub,  2004;  Corbeil,  Trehub  y

                     Pretz, 2013; Costa-Giomi y Ilari, 2014; Abrams et al., 2016). Un estudio realizado
                     por  Purhonen  et  al.,  (2004)  demostró  que  bebés  de  cuatro  meses  reconocen  y

                     atienden más a la voz materna que a voces de mujeres no familiares.


                          Sin  embargo,  la  diferencia  entre  el  canto  y  el  habla  materna  en  los  sistemas

                     atencionales  del  bebé  continúa  siendo  tema  de  debate.  Por  un  lado,  Shenfield,

                     Nakata y Trehub (2002) demostró que el habla de la madre tiene similares efectos en
                     niveles de excitación de sus bebés, pero que el canto sostienen más la atención que el

                     habla.  Dos  años  más  tarde,  Nakata  y  Trehub  (2004)  corroboraron  la  idea,















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