Page 134 - EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN EN INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN EN MÉXICO
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We used the Family Functioning Scale (EFF), (Espejel, 1997), the geneogram and the qualitative
                  interview.

                  Results. According to the responses of the members of the families and the own review of the
                  EFF, of the total of the families studied, the areas that were found in the functional category were
                  support, disruptive behavior, control, affection, supervision, communication and resources and
                  the areas that were found in the dysfunctional category were: negative affect and authority.

                  Conclusions. This research explores, in an exploratory way, some ways in which the members
                  of each reconstituted family are interrelated, of the participant group studied. For these families,
                  it is important to provide support among their members, both inside and outside the family
                  group. Among the members of some of these reconstituted participating families, it was found
                  that with consistency, adaptation and integration was strengthened through constant coexis-
                  tence and healthy communication, which helped to strengthen the relationship between them.
                  Also, with certain constancy it was found that the biological father or mother, who does not live
                  in the same house as his son, communicates to the latter, nonconformity towards the figure of
                  the stepfather or stepmother, which places the son (a) in a conflict of loyalty that hinders the
                  adaptation and healthy relationship within the reconstituted family.

                  Keywords: Family, reconstituted, structure, system, mother.




                  INtrODuCCIóN                                                                                  EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN EN INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN EN MÉXICO




                  La Organización Panamericana de la Salud (OPS) (2003) define a “la familia como la institución
                  social fundamental que une a las personas vinculadas por nacimiento o por elección en un
                  hogar y una unidad doméstica”. Señala a las normas culturales, condiciones sociales, econó-
                  micas y de educación, como los factores principales que determinan la salud de la familia.  Es
                  una estructura viva, que se mueve con los cambios propios de la sociedad. (Castañeda, E. et
                  col., 2015).

                  Los roles de género, el aumento de la cohabitación como inicio de la vida de pareja y de las
                  uniones posteriores a la ruptura o divorcio, maternidades/paternidades sociales y biológicas,
                  cambios económicos, e incluso de tendencias sociales, generan ajustes y reacomodos en las
                  estructuras familiares y en la concepción de esta. (UNICEF – UDELAR, 2003).

                  Aunque la familia compuesta de padre, madre e hijos sigue siendo el modelo dominante en la
                  actualidad, no podemos dejar de prestar atención a la existencia manifiesta de numerosas fa-
                  milias estructuradas de manera diferente. No resulta extraño encontrar, por ejemplo, madres y
                  padres divorciados o separados que viven con sus hijos, madres y padres solteros, viudos etc.,
                  o adultos en una segunda unión con hijos previos a ella. Este panorama evidencia los cambios
                  que se dan con respecto de las formas familiares. En este sentido, cobran importancia los dis-
                  tintos arreglos que existen en las familias, por un lado, en relación con la manutención y crianza
                  de los hijos y, por el otro, en la interrelación y las formas de comunicación afectiva. La evolución   125
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