Page 136 - Transferencia de conocimiento y sistemas de innovación para el desarrollo sustentable
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Ana Bertha Cuevas Tello
Profesora-investigadora en el Departamento de Estudios del Pacífico,
de la Universidad de Guadalajara. anact@hotmail.com
José Jesús Bravo Vergara
Profesor-investigador en el Departamento de Estudios del Pacífico,
de la Universidad de Guadalajara. braverjoje@hotmail.com
INTRODUCCIÓN
En cuanto al cambio climático, 2005 fue un año muy relevante por dos sucesos: 1) después de
ocho años de negociación, entró en vigor el Protocolo de Kioto (PK); y, 2) se celebró la Confe-
rencia Mundial sobre la Reducción de Desastres. Como resultado del primero, se establecieron
objetivos jurídicamente vinculantes para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero
(GEI) en 5.2 % en relación con los niveles de 1990, y se propuso como meta para su alcance
el año 2012. Por otro lado, en el segundo se estableció el Marco de Acción de Hyogo para
llevarse a cabo el periodo 2005-2015, es decir, se acordaron medidas para reducir las pérdidas
–económicas, sociales y medioambientales– ocasionadas por los desastres naturales.
El supuesto de la relevancia anunciada de estos dos sucesos fue en el sentido de que, en su
momento, representaron el compromiso institucional de la comunidad internacional de frenar,
por un lado, el incremento de la temperatura del planeta y, por el otro, de reducir el riesgo y la
vulnerabilidad que ocasionan las consecuencias del cambio climático. Es decir, con la puesta
en marcha de estos acuerdos, se abrió la posibilidad de hacerle frente a una de las principales
amenazas de la sociedad actual, pues el cambio climático y sus riesgos se colocaron en donde
deberían estar, bajo los acuerdos de un régimen internacional que funciona con la cooperación
y el compromiso de los Estados.
Sin embargo, a poco más de una década –y a pesar de los avances presentados–, ni el PK ni
el Marco de Acción de Hyogo han sido exitosos. Los niveles de dióxido de carbono (principal
GEI por su cantidad en la atmósfera) continúan aumentando. En abril de 2016, la concentra-
ción de estos alcanzó 404.8 partes por millón (ppm), cuando en abril del 2015 fueron 400.72
pmm (NOAA, 2016). En cuanto a los daños por desastres naturales, de acuerdo a datos de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), durante este periodo, más de 700 mil personas
perdieron la vida, alrededor de 1.4 millones sufrieron heridas y, aproximadamente, 23 millones
perdieron sus casas. En promedio mil 500 millones de personas fueron afectadas por el cam-
bio climático y, entre 2008 y 2012, más de 144 millones de individuos fueron desplazados por
los desastres naturales. Por el lado económico, las pérdidas ascendieron a poco más de 1.3
billones de dólares (ONU, 2015).