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las reacciones resilientes de los adolescentes a través de la instrumentación de programas de 91
prevención e intervención que promuevan el mejoramiento de factores protectores individuales
(Henderson y Milstein, 2010). Sin embargo, la ausencia de programas de prevención e inter-
vención para fomentar este fenómeno durante la adolescencia representa un área de oportu-
nidad para el profesional de enfermería, quien tiene como una de sus funciones esenciales la
promoción de la salud, la prevención y la detección oportuna de enfermedades que puedan
afectar a los adolescentes.
Es cierto que la prevención durante mucho tiempo estuvo en segundo término, aunque ac-
tualmente se reconoce la importancia de evitar o disminuir los daños a la salud a través de la
promoción y prevención, de ahí que el objetivo de la presente investigación haya sido iden-
tificar los factores resilientes en adolescentes estudiantes de nivel medio superior en Toluca,
México. Al respecto, vale destacar que tener en cuenta no solo las características de una
persona resiliente, sino de una persona en esta etapa de cambio ofrece mejores y mayores
intervenciones, así como oportunidades de cambio, de tal forma que las soluciones frente a las
adversidades se resuelvan de una manera más efectiva.
Método
El presente estudio fue de corte transversal y descriptivo. El universo de estudio constó de
2318 alumnos de nivel medio superior, mientras que el tamaño de la muestra se calculó con
un margen de error de 5 %, un nivel de confianza de 95 % y una variabilidad de 50 %. En total, Investigando nuestra propia práctica; una estrategia de formación y conocimiento
fueron entrevistados 330 adolescentes. La selección de los alumnos se hizo de manera alea-
toria. Los criterios de inclusión fueron los siguientes: adolescentes de entre 14 y 18 años de
edad, inscritos en una institución educativa de nivel medio superior, que vivieran y dependieran
de sus padres, y aceptaran participar en el estudio firmando el consentimiento informado.
Para recabar la información se empleó una encuesta, a través del cuestionario de resiliencia de
González Arratia (2016), el cual consta de 32 reactivos con opciones de respuesta tipo Likert
con cinco puntos (el valor 1 indica nunca y el 5 siempre). En dicho documento se clasifica la
resiliencia en tres dimensiones: factores protectores internos, factores protectores externos
y empatía. El instrumento incluye las habilidades, las actitudes y los atributos clave que se
encuentran en las personas resilientes, y sirve para precisar las áreas de fortaleza y las que se
necesitan reforzar.