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Un poco más actual, Núñez en 2006, nos dice: 117
El problema que se presenta en torno a política de seguridad urbana
se centra en determinar la manera en que se debe intervenir sobre
los factores que operan en la actividad criminal, en orden de reducir
el nivel agregado de delitos. El nivel de delito de una sociedad se
explica por la concurrencia e interacción de una serie de factores
(socioeconómico, demográfico y sociocultural, institucional y/o del
entorno urbano y físico) que promueven o disuaden la actividad crim-
inal. La solidaridad y la prevención dando cuenta de la multidimen-
sionalidad de los fenómenos urbanos, que, por reunir factores socia-
les, institucionales y físico-espaciales, tornan especialmente difícil su
tratamiento y comprensión (Núñez, 2006. P.p. 339).
La violencia juvenil, en América Latina, ha adquirido creciente relevancia en el debate públi-
co, en las agendas de los gobiernos, en los foros y las conferencias internacionales.
Como se señala en CEPAL (2008):
La violencia ha aumentado en la mayor parte de la región en los Investigando nuestra propia práctica; una estrategia de formación y conocimiento
últimos años y los jóvenes se encuentran claramente representados
en la incidencia y gravedad de esta tendencia, como víctimas y vic-
timarios. En muchos países latinoamericanos, los jóvenes cometen
delitos violentos y mueren por efecto de esos delitos a edades cada
vez más tempranas (p. 171).
Existen autores con una orientación sociocultural enfocándose en destacar el papel que los
jóvenes y adolescentes tienen como víctimas (pasivas) de un entorno agresivo (Martín-Ser-
rano, 1998; Serrano-Gómez 2005).
A manera de ejemplo, Martín-Serrano (1998) señala algunas causas que alimentan dicha
violencia, situaciones tales como el retraso en la incorporación de la gente joven a una vida
social plena dentro de la sociedad adulta, las situaciones de marginalidad específicas de la
condición juvenil, el manejo agresivo y falso de la imagen juvenil en los medios de comuni-
cación de masas y la sustitución de las funciones socializadoras de la familia y de la escuela
por las que puede ejercer la televisión ( p.3).