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Diferencias entre un pie sano y un pie alterado
Un pie sano tiene la piel lozana, de color normal, generalmente rosada, sin grietas. Cuando se frota con suavidad
la planta del pie se produce una sensación de cosquillas.
En un pie alterado la piel es seca, fría, quebradiza, con ausencia de vellos, los dedos pueden tener deformacio-
nes, queratosis (callos), hongos que provocan mal olor y picazón, uñas engrosadas o quebradizas, humedad
permanente de los pies. Cuando la persona tiene pie plano anterior parcial o total, Hallus Valgus (juanetes) y/o
pie cavo, se alteran los puntos de apoyo, lo que puede causar lesiones o úlceras.
Para cuidar adecuadamente sus pies y prevenir complicaciones, las personas con diabetes deben adquirir el
hábito de:
• Revisar sus pies todos los días, ayudándose con un espejo. Así se darán cuenta opor-
tunamente si tienen heridas u otro tipo de alteración. Se recomienda pedir ayuda si es
necesario.
• Lavarlos diariamente con agua tibia y jabón de glicerina o de tocador. Los jabones desin-
fectantes deberán ser utilizarlos con cautela, en virtud que eliminan la protección natural
de la piel, lo mismo que el vinagre, cloro, alcohol y otros productos irritantes.
• Secarlos cuidadosamente, especialmente entre los dedos, con una toalla seca o con
papel absorbente.
• No remojarlos.
• Preferir el agua tibia o fría si no la tiene, nunca usar agua caliente.
• No caminar descalzo para evitar lesiones como cortes, pinchazos, golpes o quemadu-
ras.
• Usar calcetines o calcetas con elásticos suaves para mantener una buena circulación
sanguínea. Es mejor que los calcetines sean de hilo, algodón o lana. La fibra sintética es-
timula la humedad y la presencia de hongos. No usar medias con ligas porque obstruyen
la circulación provocando mala oxigenación, sensación de adormecimiento y várices. No
usar calcetas zurcidas o rotas porque ayudan a la aparición de lesiones.
• Los calcetines deben ser cambiados a diario.
• Prefiera el calzado holgado, de punta redonda, sin costuras interiores, cómodo, de tal
manera que los dedos y el pie descansen en su posición natural. El zapato ideal es aquel
que protege y cubre todo el pie.
• Los zapatos nuevos deben ablandarse en forma gradual, usándolos un par de horas
cada día. Al comprarlos es mejor hacerlo en la tarde cuando los pies estén hinchados,
para que puedan calzar mejor.
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