Page 198 - FUNCIÓN Y SENTIDO DE LA INVESTIGACIÓN
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La equidad entre los géneros constituye hoy un reto de máxima prioridad y, aunque se han ganado
               importantes espacios en los últimos años, no puede olvidarse que el acceso a una educación que
               posibilite la apropiación del conocimiento científico y de las tecnologías de punta, se convierte en la
               llave para multiplicar los niveles de productividad y competitividad. El nivel educativo no sólo influye
               en las posibilidades de integración laboral, política y cultural de las mujeres, sino que abre paso a
               enfoques integrales y humanistas que conciben al ser humano como una compleja dimensión de la
               personalidad donde confluyen potencialidades y funciones vitales vinculadas con la pertenencia a un  Y SENTIDO DE LA INVESTIGACIÓN
               género, la comunicación interpersonal, el amor, entre otras.

               Desde esta perspectiva, el hombre y la mujer son seres inconclusos y singulares, cuya personalidad
               no está predeterminada al nacer, sino que se configura en un proceso dinámico, donde desempeñan
               un papel determinante la actividad desplegada por la persona en su entorno y los vínculos estable-
               cidos en la comunicación y la interacción con los demás. Ciertamente, el ser humano se forma de
               afuera hacia adentro, ya que la personalidad, como sistema superior de organización y regulación de
               la psiquis y la conducta, se constituye en la medida en que la persona se socializa.

               Por tanto, hablar de educación permite ver bajo diversas miradas los fenómenos que se dan en torno   FUNCIÓN
               a ésta, cuestionarlos y discutirlos con diversos enfoques y construir nuevas formas de educar que
               garanticen la formación de personas en mejores condiciones que las que existen hasta el momento.
               La educación es esencialmente un asunto de calidades humanas, el Estado, esa entidad aparen-
               temente tan poderosa, es en realidad impotente para educar, sólo crea condiciones favorables;
               quienes educan son siempre personas, independientemente de quién les pague su salario. Personas
               humanas con virtudes y defectos, entusiasmos, motivaciones, lealtades, resistencias, prejuicios, va-
               nidades y ruindades (Latapi, 2008)                                                                197

               Desde esta mirada y bajo el contexto de la investigación educativa, el presente escrito pretende
               responder desde una primera a la pregunta central que orienta el trabajo: ¿Es la investigación edu-
               cativa en México un espacio equitativo con igualdad de oportunidades para hombres y mujeres?,
               las preguntas secundarias que la acompañan son: ¿La presencia tanto de mujeres y hombres en la
               investigación educativa y en la generación del conocimiento, es equiparable entre sí? De acuerdo
               con el enfoque que sostiene la relación estrecha entre estudiar un posgrado y hacerse investigador
               educativo, nos remite a plantearnos si ¿El posgrado es una oportunidad para que las mujeres reali-
               cen investigación con las mismas oportunidades que los hombres? Las respuestas a los dos últimos
               planteamientos nos permitirán identificar si existe la posibilidad de tener un equilibrio entre hombres
               y mujeres haciendo investigación.

               Esto con la intención de hacer evidente parte de los escenarios desde los que la mujer genera cono-
               cimiento y aporta a la sociedad su pensamiento. En este sentido, investigar es una actividad social
               y humana que permite transformar realidades, en México diversos estudios se han encargado de
               documentar los procesos de construcción histórica de la investigación educativa a partir de los 70´s,
               Latapi,1994; Weiss,2003; Gutiérrez Serrano, 1998; Cabrera, 2014, y muchos otros; que dan cuenta
               del desarrollo y evolución del campo de la investigación educativa.
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