Page 26 - LA INVESTIGACIÓN: CUANDO PARA RESOLVER UN PROBLEMA, ANTES HAY QUE CREARLO
P. 26
12) y Ven. ¡Oh, luna! (n.° 13) son estilizaciones de melodías del istmo de Tehuantepec y del Bajío,
respectivamente. En el Homenaje a Villa Nueva (n.° 14), Ponce recuerda a este compositor usando
temas de su tercera mazurca.
Arrullo popular (n.°15) es una tradicional canción de cuna, mientras que La posada (n.° 16) es un
canto que se acostumbra a entonar en las fiestas navideñas. La revolución (n.° 17) y La cucaracha
(n.° 18) están inspiradas en aires populares que siguieron durante la época de la Revolución mexica-
na. Primavera (n.° 19) es la única pieza original de autor; en esta colección y en La patria (n.° 20) hace
una estilización del Himno Nacional Mexicano. La armonización de todo este conjunto está realizada
con sencillez, audacia y originalidad, de acuerdo con la esencia misma de sus melodías. La investigación: cuando para resolver un problema, antes hay que crearlo
MarIO ruIz arMeNGOl
Pianista y compositor nacido en Veracruz en 1914; hijo del notable pianista y director de orquesta
don Ismael Ruiz Suárez y de doña Rosa Armengol. Comenzó sus estudios musicales a los ocho
años de edad y a los 16 fue miembro fundador de la XEW, donde empieza a adquirir fama como
compositor, arreglista y director de orquesta. En 1936 estudia armonía y contrapunto con el maestro
José Rolón.
A partir de 1942, año en que conoce e inicia su amistad con Manuel M. Ponce, emprende su trabajo
en la cinematografía mexicana, actividad en la que compuso música para diferentes películas. De
acuerdo con Miranda y Tello (2013), “el bolero en México echó profundas raíces y varios composi- 25
tores abordaron este género, aunque solo algunos alcanzaron un merecido reconocimiento. Entre
ellos, Rafaél Hernández, María Grever, Gonzalo Curiel, Luis Arcaraz, Mario Ruiz Armengol, Consuelo
Velásquez, Joaquín Pardavé, Pedro Flores, Roberto Cantoral, Álvaro Carrillo y posteriormente Ar-
mando Manzanero” (p. 486).
La obra pianística de Armengol, aparte de sus canciones de exquisita armonía, cuenta con 31 piezas
infantiles, 19 danzas cubanas, 16 estudios, 16 reflexiones, 32 miniaturas, 5 valses, scherzos, minue-
tos, sonatas, fantasías, preludios y música para piano a cuatro manos, música de cámara para piano
y violín, violonchelo, arpa y flauta. Sus obras han sido interpretadas por lo más selecto del mundo
musical, como Gustavo Rivero Weber, Enrique Nery, Alejandro Duprat, Gildardo Mojica, Alejandro
Corona y una nueva generación de músicos veracruzanos como Edgar Dorantes, Eleonora Bárrales
Cortes y Luis Enrique León, entre otros.