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Al mismo tiempo, Ferry (1990) menciona que la “formación es un proceso de desarrollo indivi-
dual tendiente a adquirir o perfeccionar capacidades” (p. 5). Entre ellas, la capacidad de sentir,
de actuar, de imaginar, de comprender y de ser.

En el contexto del Plan de Estudios 1999 y de la segunda década del siglo XXI, permeada
por el nuevo modelo educativo, la formación docente y profesional de los egresados involu-
cra pensar en la flexibilidad y la capacidad de asumir los desafíos que demanda la sociedad
globalizada. La formación en el contexto actual implica, en el nivel superior, “la calidad de los
profesores y el ambiente que logran generar en la sala de clase son los factores más importan-
tes que explican los resultados de aprendizaje de los alumnos” (Oficina Regional de Educación
de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [Unesco]
para América Latina y el Caribe, 2007, p. 49). Llevar adelante la docencia requerirá, por tanto,
contar con un conjunto de cualidades propias, asumiendo la responsabilidad, trascendencia e
impacto social de la tarea que se realiza.

Según la propia SEP (2017), la formación de las egresadas de la escuela normal requiere de
LA INVESTIGACIÓN COMO VÍNCULO ENTRE EDUCACIÓN Y SOCIEDAD
una formación continua que sea acorde a lo siguiente:

Amplia y adecuada, permite a los maestros apropiarse del proceso y tomar decisiones hacia
la materialización de la visión que el currículo plantea y alentarlos para que, a su vez, motiven
e impulsen la superación de los estudiantes (…). La formación debe estar orientada a la reno-
vación de los ambientes de aprendizaje, y a que en las aulas se propicie un aprendizaje activo,
situado, autorregulado, dirigido a metas, colaborativo, y que facilite los procesos sociales de
conocimiento y de construcción de significado El aprendizaje del docente debe partir de su
propia práctica y las experiencias de sus pares relacionadas con la enseñanza y la didáctica,
así como de la actualización individual de conocimientos y competencias para su mejora per-
manente (pp. 134-137).

La formación y actualización permanente de los egresados, en un contexto en constante cam-
bio, permitirá que se involucren en la mejora de la calidad de la educación básica, principal-
mente, en este caso, del nivel preescolar.

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