Page 10 - Formación emprendedora, un diagnóstico en educación superior
P. 10
6 Formación emprendedora, un diagnóstico en educación superior
Bajo el soporte de la palabra empresa (i.e. del latín prenhendere o del italiano impresa) se derivan
los sufijos:
• dor, que forma sustantivos y adjetivos en los ámbitos de oficio o
cualidad: emprendedor;
• iento, que denota estados o condiciones que puede asumir el
sujeto, objeto o acción: emprendimiento; e
• ismo, que implica la enunciación de sistemas o formas de actuar:
“emprendurismo o emprendedurismo”.
A partir de estas consideraciones se generan dos supuestos básicos:
• la necesidad de delimitar de manera disciplinar las formas y obje-
tos de estudio al interior de estas tres nociones y,
• la posibilidad de ser abordadas, cada una, como un único fenó-
meno, pero desde distintas propuestas, tanto teóricas como me-
todológicas, cuyos sustentos epistemológicos al interior de cada
disciplina sean conmensurables entre sí.
En acuerdo con Lupiáñez, Priede y López-Cózar (2014), no existe una delimitación conceptual
adecuada y consensuada acerca del término emprendedor. Aun cuando diversos autores lo han
trabajado a partir de sus características (Curto, 2012; Monsalve, 2013; Messina y Hochsztain,
2015), cualidades (Arellano, Mizgier, Weinstein y Méndez, 2012), acciones (Trías de Bes, 2007;
Silva, 2013) y capacidades (Alcaráz, 2011), esta noción no ha sido esclarecida en cuanto a qué
se entiende por emprendedor y cuáles son las dimensiones disciplinares que lo analizan.
Un primer acercamiento a la definición es propuesta por la Real Academia Española de la Len-
gua, cuya sugerencia es que se trata de “un adjetivo que implica a aquella persona que em-
prende con resolución acciones azarosas o dificultosas, e indica acción: Acometer y comenzar
una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierra cierto grado de dificultad o peligro”
(Monsalve, 2013, p. 20).