Page 15 - Formación emprendedora, un diagnóstico en educación superior
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Formación emprendedora, un diagnóstico en educación superior 11
Intentar reconocer una sola definición de educación resultaría un esfuerzo vano. Delors et al.
(1996), encontraron una diversidad de situaciones, concepciones y estructuras de la educación,
lo que calificaron como un primer y tal vez más importante problema.
No obstante ese amplio abanico de nociones, la educación como proceso social conserva en
su esencia un sentido como medio y como fin, que se traduce en mejoramiento de la calidad de
vida de las personas y las sociedades. Se entiende que la educación, se vive desde la intención
humana, volcándose en una forma de producir y distribuir conocimiento, en una manifestación de
intereses sociales, imbuidos en ámbitos también económicos, políticos, culturales, ambientales,
dinámicos y cambiantes, por su misma naturaleza.
La educación, como formación, como proceso de conoci-
miento, de enseñanza, de aprendizaje, ha llegado a ser a
lo largo de la aventura de los seres humanos en el mundo
una connotación de su naturaleza, gestándose en la histo-
ria, como la vocación de humanización…no es posible ser
humano sin hallarse implicado de alguna manera en algu-
na práctica educativa…en términos de vida entera (Freire,
1996, p. 24).
De acuerdo con Gimeno Sacristán (2005), el concepto de educación no es sencillamente inteligi-
ble, precisamente por su complejidad y porque “en nuestras sociedades las prácticas educativas
se dispersan en ámbitos e instituciones diversas, además de las clásicas escuelas” (pp. 11-12); y
además, porque como proceso social, los sujetos que la piensan, la activan y la reciben, impri-
men propiedades particulares que condensan su sentido y aumentan dicha complejidad.
Es posible afirmar que la significación de educación se articula con una configuración social.
Partiendo de esto, en el ámbito social, la educación se integra en un tejido social complejo, mul-
tidimensional cuyas ideas y acciones confluyen e impactan en escenarios de diversa naturaleza,
imprimiendo de esta manera un dinamismo inacabado.
La educación superior particularmente, basa su labor en tres áreas sustantivas: la docencia, la
investigación y la extensión, vinculación y difusión de la cultura, que viene a representar un tipo
de expresión de la riqueza científica y cultural que se produce al interior de una organización
educativa.