Page 100 - La investigación en instituciones de educación superior en México
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Por tanto, la perspectiva de género implica reconocer la diferencia sexual, sus atribuciones,
ideas, representaciones y prescripciones sociales que se construyen tomando como referen-
cia a esa distinción sexual. El concepto de género, en suma, se refiere a las formas históricas
y socioculturales en que hombres y mujeres interactúan y dividen sus funciones.
De acuerdo a la Cepal (Celade, 2006), la educación se asume, entre otras cosas, como un
acervo de conocimientos que tiene gran incidencia en las oportunidades y logros laborales y,
por lo tanto, en las desigualdades de ingresos. Asimismo, los estudios han ido conformando
una visión de la situación en América Latina que se resume en las siguientes afirmaciones: Se
considera que la equidad de género en la educación es una necesidad prioritaria porque es
una alternativa para incrementar las oportunidades de desarrollo en la entidad. Reflexionando
esta premisa, también se destaca el patrón cultural e histórico con el que desde el seno ma-
terno se educa al hombre y a la mujer; no es la educación básica la que reproduce únicamente
estos estereotipos, sino es en el hogar donde se gesta la inequidad, independientemente del
contexto económico, social o el ámbito rural o urbano.
Como afirma Jacques Le Goff (1997), la memoria es la materia prima de la historia. Y en Cam-
peche la memoria de cómo fueron educadas las madres, las abuelas y todos los ancestros son
determinantes para la educación actual, por ello, es en el hogar donde se forja esta inequidad,
y por extensión, no puede esperarse que la escuela sea el único espacio en el que se modifi-
quen los estereotipos de género.
Marisa Belausteguigoitia y Araceli Mingo (1999) afirman, por su parte, que una forma de análi-
sis de la relación entre feminismo y educación puede darse al revelar su carácter marginal, su
vulnerabilidad y su finalidad: el estudio de las diferencias sexual, racial, social, de género y sus
consecuencias e implicaciones en el ámbito educativo. Estos campos difícilmente son acogi- La investigación en instituciones de educación superior en México
dos en los terrenos de los saberes constituidos y legitimados.
El nacimiento del vínculo entre los estudios de género y la educación es impuro, híbrido, multi-
transinterdisciplinario. El centro no es solamente el análisis de la diferencia entre los sexos, sino
también los conceptos de diferencia, separación, límite y frontera.
Aquí el único género que interesa es aquel que marca y sostiene a toda costa límites, fronte-
ras simbólicas, imaginarias y culturales, con lo cual valida unas formas de concebir la realidad
sobre otras.
Por ello, una propuesta viable para mejorar las condiciones de equidad y género en la entidad
es trabajar en torno a una conciencia diferente, de corte humanista, donde se persiga el propó-
sito de construir una cultura alterna a lo que se está viviendo. Con proyectos de intervención,
se puede trabajar en el área social, económica y cultural; así, por medio de la educación y con
el apoyo de las personas más preparadas intelectualmente y comprometidas con la región, se
puede hacer, de hecho, se está haciendo. Con estudio y esfuerzo, se puede tener un mundo
mejor.
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