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Formación emprendedora, un diagnóstico en educación superior 47

En contraste con los países que muestran su preeminencia en la economía mundial –continúa
este Reporte-, existen otros en vías de desarrollo cuyo emprendimiento muestra un débil cre-
cimiento reflejado en una proporción considerable de micro y pequeñas empresas que por su
orientación sólo a su supervivencia, es difícil percibir perspectivas de un pleno y competitivo
desarrollo.

Tal es el caso de México, país en el cual -aun cuando de acuerdo a Quintana (2014) las Pyme han
logrado generar hasta el 52 % del PIB, y ocho de cada diez empleos formales se localizan en una
pequeña o mediana empresa- existe, según el Reporte antes mencionado, un amplio margen de
negocios informales con escasa capacidad de desarrollo lo que tiene por consecuencia restric-
ciones para cualificar su productividad y para generar y promover empleos permanentes y bien
remunerados que afecten de manera positiva la calidad de vida de quienes en ellos participan,
promoviendo un desarrollo económico y social. Ello, en un entorno cada vez más exigente en
cuanto a la formación e implementación de empresas sólidas y con perspectiva de trascendencia
y sostenibilidad para coadyuvar al mencionado desarrollo.

Si bien existen diversos factores propios del mercado, de la sociedad circundante y del gobierno
que corresponda que inciden en el quehacer organizacional, no se debe soslayar el hecho de que
la competencia humana es un factor de relevancia a favor de empresas sustentables; esto, en el
sentido de que por lo general muchos de los negocios son creados y administrados por personas
que no cuentan con plena competencia dada la falta de formación sobre la actividad empresarial,
lo cual les limita para aplicar sus conocimientos a situaciones reales de trabajo, y en cuanto a su
actitud para afrontar diversas condiciones y tomar decisiones encaminadas a lograr de manera
eficiente los propósitos establecidos.

Sabido es que la gente y sus recursos integran una parte relevante del capital intelectual de las
organizaciones, y que por ello se construye como factor relevante del éxito empresarial. Esto
implica poseer la formación necesaria para aplicar sus saberes a favor del desarrollo de las enti-
dades productivas a partir de la teoría administrativa y del desarrollo de competencias creativas
y de innovación aplicables al desarrollo de ideas que cristalicen en la creación, operación y creci-
miento de entidades potencialmente productivas.

Ante esto, la formación de profesionales con un enfoque creativo e innovador, con personalidad
orientada al logro, con la tolerancia suficiente al riesgo y a la incertidumbre, y con las habilidades
necesarias para abordar un ambiente gerencial, constituye un reto a abordar y una responsa-
bilidad a asumir por parte de las instituciones de educación superior, sobre todo aquellas que
incluyen áreas de conocimiento relacionadas con la gestión de organizaciones