Page 123 - La enseñanza de las matemáticas, un reto para los docentes en formación
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introducción
La escuela secundaria mexicana cuenta con tres modalidades diferentes que, aunque coincidan en
un mismo fin y compartan programas y planes de estudio, difieren en metodología, técnicas y estilos
de enseñanza del docente titular de grupo. Estas modalidades son la secundaria general, la técnica
y la telesecundaria, esta última retoma la manera en cómo se trabaja en el nivel primaria, un docente
por grupo impartiendo todas las asignaturas.
En educación se aspira lograr el precepto de Aprender a Aprender, como una necesidad básica que
permita ampliar la capacidad de adaptarse a situaciones nuevas (Namo de Mello, G., 2004). Por lo
anterior, el individuo, no sólo debe desarrollar sus habilidades, sino también extender sus esquemas
de abstracción, apreciación e iniciativa hacia el conocimiento; debe hacer conciencia de su necesi-
dad de investigar, buscando respuesta a las diversas problemáticas que la vida le plantea.
El lema del subsistema de telesecundaria es Educar para vivir mejor, lo anterior tiene varias implica-
ciones, a título personal creo que una de ellas es que la educación no nos hace mejores, pero nos
da la oportunidad de serlo, y un actor indispensable para que se dé una educación de calidad es el
docente reflexivo, pues permite el desarrollo de la percepción como uno de los sujetos del proceso
educativo. La escuela normal arriba citada pretende promover en la formación del futuro educador
la reflexión sobre su actuar en el aula, el cual ha señalado en los últimos tiempos (al término de las
jornadas de Observación y Práctica Docente que se imparten en 7 telesecundarias de la región cen-
tro del Estado de Guerrero) el bajo porcentaje de aprovechamiento académico, en especial en las
áreas de español y matemáticas.
Antiguamente se consideraba que la enseñanza de las matemáticas era un arte y, como tal, difícil-
mente susceptible de ser analizada, controlada y sometida a reglas. Se suponía que el aprendizaje
dependía sólo del grado en que el profesor dominara dicho arte y, al mismo tiempo, de la voluntad y
la capacidad de los alumnos para dejarse moldear por el artista. Esta es, todavía, la idea dominante
en la cultura corriente y representa una “concepción” pre-científica de la enseñanza que sigue siendo
muy influyente en la cultura escolar.
Esta forma un tanto “mágica” de considerar la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas fue
evolucionando a medida que crecía el interés por entender y explicar los hechos didácticos. Así,
desde los inicios de la didáctica de las matemáticas como disciplina, fue consolidándose un punto
de vista que rompe con esta visión mágica y considera el aprendizaje en general, y el de las mate-
máticas en particular, como un proceso psico-cognitivo fuertemente influenciado por factores moti-
vacionales, afectivos y sociales.
Esta manera de interpretar el aprendizaje humano fue tomando cuerpo a través de la obra de di-
ferentes autores (como Piaget, Vygotsky y Bruner, entre otros muchos) a pesar de las importantes
diferencias que éstos mantenían entre sí. Es lógico que en la primera etapa del desarrollo de la
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