Page 100 - La enseñanza de las matemáticas, un reto para los docentes en formación
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Como toda estrategia posee fases, por lo tanto es vital conocer cuáles son las etapas del juego,
               para poder ejecutarlo y nos brinde como resultados aprendizajes significativos en los estudiantes,
               para ello fue necesario investigar a Jean Piaget que describe:




                           El juego abarca tres aspectos a desarrollar que son: cognoscitivo, socio
                           afectivo y psicomotriz, dado que el juego es el trabajo de los niños, por
                           medio de él se efectúan diferentes clases de movimiento que contribuyen
                           al desarrollo de sus facultades motoras (Piaget, 2004).




               En cada etapa del juego se desarrollan esos tres aspectos, ya que no se puede desligar lo cog-
               noscitivo de lo socio afectivo ni este del psicomotriz, por lo tanto Piaget menciona tres etapas que
               son: a) del juguete; b) juego simbólico; c) juegos reglados, me centré en la tercer etapa, porque
               mis actividades lúdicas las base de esta, que consiste:




                           Los juegos reglados que corresponden a la tercera etapa que va de los
                           seis años en adelante. Durante el desarrollo de estos juegos se favorece
                           la socialización entre los propios niños ya que adquieren reglas correspon-
                           dientes en uno o varios deportes propiciando así relaciones sociales. En
                           dichos juegos establecemos los objetivos de un grupo, iniciándose la inte-
                           gración y cooperación, por lo tanto, como su nombre lo indica, instituimos
                           las reglas que se deben cumplir al participar, y en su resultado final preten-
                           demos llegar a dos aspectos ganar o perder. En este sentido, debemos de
                           acostumbrar al niño tanto a ganar como a perder, ya que si se le fomenta
                           el constante triunfo al momento de ser el perdedor puede dar origen a su
                           inseguridad. En cambio, al no ganar, el niño se sentirá motivado a repetir
                           nuevamente el juego para lograr lo mejor posible y poder triunfar (Ibídem).




               Es importante hacer ver a los discentes que no importa ganar o perder, sino que lo realmente inte-
               resante es el conocimiento que se adquirió, por lo tanto, para trabajar esta parte realicé una varian-
               te del juego “Construyendo expresiones algebraicas”, pero a este lo titulé “Pizarrón algebraico”,
               en donde perseguí los mismos propósitos y las mismas competencias, pero varió la organización
               del grupo.














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